Nunca olvidaré el rechinar de las llantas y el sonido de la campana del heladero que vendia en un gran cubo de lámina unos
esquimos que a mi, a mis 6 años se me hacían verdaderamente deliciosos, y es que si lo eran!!.
Era un postre helado en forma de pirulí de sabores vainilla o fresa y que venían en una especie de cilindro pequeño con terminación en pico. Son típicas en Guadalajara, Jal.
Continuará
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